lunes, 5 de mayo de 2025

VAMOS AL LÍO: 05/05/2025



Amanecemos cargada de nervios y con la ilusión de comenzar esta experiencia en el cole y de conocer a todas las personas que nos acompañarán a lo largo de esta semana. Nada más salir del hotel conocimos a Valentina y Rimvydas, profesores lituanos y a su alumnado.


A las 9:15 llegaron Beata y Ana para guiarnos hasta el colegio. Fuimos andando y conversando con Ana, fue muy agradable tanto la compañía como la naturaleza boscosa que nos rodeaba. Al pasar al lado de la estación de tren nos explicó que se había remodelado hacía dos años, pero que se edificó hace más de cien.

Llegamos al colegio y allí nos esperaban para darnos la bienvenida. En el gimnasio tenían preparado el acto. Estaban presentes el alcalde, una concejala, el director y varias maestras junto con algunos alumnos del centro. Tras un breve discurso nos deleitaron con una danza polaca donde cuatro alumnas vestían sus trajes típicos. A continuación se mostraron las presentaciones de los centros participantes. Por último, dos alumnas bailaron una danza clásica; fue asombrosa la delicadeza de sus movimientos para lo pequeñas que eran.


Terminado el acto pasamos a la sala de profesores donde nos ofrecieron un desayuno con cafés, tés, zumos y dulces como bollos de crema, bizcochos, pretzels, galletas de chocolate y otras de chocolate y mermelada. Nosotras les dimos nuestro obsequio que estaba compuesto por embutidos ibéricos, queso y picos y fue lo que más éxito tuvo. Los profesores de Lutuania llevaron chocolatinas con peta-zetas, porque tienen en su zona una fábrica de chocolate. Las profesoras italianas nos obsequiaron con una bolsa que contenía dos libretas, dos lápices y una caja de bombones que estamos deseando probar. El colegio anfitrión regaló a todos sus participantes una bolsa con libreta, bolígrafos, regla,.. y la programación semanal.


Hubo un pequeño percance porque nos dijeron a las maestras italianas y a nosotras que se les había olvidado tener preparada nuestra visita concertada al museo de Auswitch para el día de mañana. No obstante, se pusieron manos a la obra y se pudo solventar.

Bajamos al comedor del centro y nos ofrecieron una sopa de verduras calentita que apetecía bastante y estaba muy buena. De segundo, aunque también podemos decir de postre porque estaba algo dulce aunque no demasiado, nos pusieron unos pierogi típicos de Polonia rellenos de queso y con una salsa de frutos del bosque.


Una vez teníamos el estómago lleno comenzamos la ruta por Wolbrom. Caminamos, al principio, por una carretera rodeada de altos árboles donde se respiraba aire fresco y la temperatura era fría. Entre los animales que allí habitan están las ardillas rojas como nos dijo el primer día Aleksandra pero no tuvimos la fortuna de ver ninguna. ¡Ojalá podamos ver alguna en estos días!


La primera parada fue en la iglesia más moderna del pueblo donde aparece la bandera polaca y otras que hacen referencia a su religión católica. Cerca se encuentra la piscina municipal donde asiduamente va el alumnado junto a su profesora de Educación Física a nadar durante la clase. Frente a la iglesia está la casa de la cultura donde se celebran diferentes eventos como teatros, conciertos,... y cantantes famosos de Polonia han actuado allí. También se encuentra la sala de cine junto a este edificio. Algo que nos llamó mucho la atención fue que en esa zona las viviendas particulares parecían mansiones por las dimensiones y el terreno de jardín que poseían.


La segunda parada fue en un instituto de secundaria donde se imparte también cursos de FP. Nos explicó que no había clases normales porque es la época en la que se realizan los exámenes de acceso a la Universidad.


La tercera parada se hizo en el enorme parque llamado Park Miejski W Wolbromiu que hay junto a la calle principal del pueblo y donde el pequeño río que cruza todo Wolbrom está pegado a él. Ha sido remodelado hace dos años, Los habitantes van alli a relajarse o a pasear es un lugar de ensueño.


La siguiente parada la hicimos en una plaza que ya habíamos visitado ayer donde se encontraba la iglesia que os mostramos en el post. Aleksandra nos explicó que los mejores bocapizzas (zapikanka) del pueblo se hacían en un pequeño restaurante que había allí. Son enormes y el originario y típico de todos tiene champiñones y queso.

Después nos enseñaron la primera de las dos escuelas de primaria que hay en Wolbrom que fue construida en 1935. La segunda es la de los socios polacos. En esta escuela se da clase desde primero hasta cuarto, se renovó hace dos años y posee un gran campo de fútbol.


La última parada la hicimos en la iglesia más antigua y más pequeña del pueblo construida en el año 1638.

No hay comentarios:

Publicar un comentario