Primer día en Portugal superado. A las 9:10, hora acordada, nos recoge en la puerta del hotel nuestra gran amiga portuguesa Ivone. Quiere hacernos los honores a la entrada del colegio, donde nos esperan todos los alumnos para darnos una calurosa bienvenida. La primera impresión que tuvimos fue que era un centro nuevo y enorme, asemejándose a las facultades españolas.
En primer lugar visitamos el despacho del director, quien nos recibió de manera muy afable. A continuación pasamos al hall del colegio donde nos esperaban los alumnos con telas de los colores de la bandera de España puestas sobre el suelo, que utilizarían en la coreografía que bailarían para cantar y bailar el himno de Portugal. Nos quedamos maravillados, a la vez que asombrados.
Como no podía ser de otra manera, escuchamos nuestra canción “Qué viva España” lo cual llena de alegría. Todos, alumnos y profesores bailamos al compás. Seguidamente, nos enseñaron las instalaciones y qué gran diferencia con las nuestras; un centro nuevo, con taquillas para todos, psicólogas, cuidadoras para alumnado con necesidades especiales, laboratorios, gimnasio musical además de un gran gimnasio, que se puede dividir en tres zonas diferentes, con toda clase de material para practicar cualquier deporte. Después de enseñarnos las instalaciones, los niños realizan algunas actividades que les tenían preparadas en el colegio.
Vimos su rincón Erasmus, donde cada año ponen en una señal los colegios que vienen al centro y los lugares a donde ellos van. De igual modo tienen vitrinas donde exponen los regalos que han recibido de los colegios que han visitado.
Sobre las 10:30 nos ofrecieron café, zumos, dulces y fruta en la sala de profesores, donde continuamente están entrando y saliendo profesores, imposible conocerlos a todos, ya que el centro cuenta con 180 docentes.
De repente se fue la luz. Todo era un caos. Las actividades programadas no se pudieron llevar a cabo. En España nos dicen nuestros familiares que también se encuentran sin luz. Son las 19:30 y seguimos sin luz. Intentamos continuar con el programa, visitamos el Ayuntamiento, el museo del ferrocarril y la escuela de música. Sólo fue factible conocer la “Cámara Municipal” y conocer al Señor alcalde, quien nos explicó la gran inversión llevada a cabo en educación y cultura.
Finalmente volvimos al colegio donde esperamos a que las familias de acogida recogiesen a los niños, no sin antes despedirnos de ellos.
Como seguíamos sin electricidad, Ivone nos dio bocadillos, agua y zumos para poder cenar y nos llevó al hotel para asegurarse de que pudiéramos entrar en nuestras habitaciones, y aquí estamos los tres maestros escribiendo rigurosamente nuestro diario.
Hoy toca irse antes a la cama y esperar que todo vuelva a la normalidad cuanto antes.
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