Hoy tenía la mañana libre, así que bajé a desayunar tranquila. Stephan, un señor de cierta edad, que regenta el hotel, me esperaba para poder charlar un poco. Muy amablemente me da indicaciones, consejos y algunas sugerencias de qué visitar en Lund, dónde comer y tomar un café o una cerveza. Tras un ratito de agradable conversación y armada con abrigo y paraguas, decido enfrentarme a la calle. Al mal tiempo, buena cara. Turismo de interiores.
La primera visita, la catedral. Se trata de un impresionante edificio románico del siglo XII. Está considerada como la obra más significativa de este periodo en los países nórdicos, y la verdad es que no defrauda. Bellísimo retablo y majestuoso reloj astronómico. Una gozada.
De ahí me dirijo a la universidad. Sus edificios, jardines, biblioteca y el ambiente de la zona te sumergen en otra época. Además , los colores del otoño hacen que parezca aún más bonito.
Como aún llueve, hago una parada para tomar un café. A partir de esa hora, la lluvia empieza a desaparecer y un sol radiante inunda la ciudad. El panorama ha cambiado por completo.
A las 14:00 h , Silvia me recoge para las primeras clases del día. Alumnos de 10 a 12 años. Algunos de origen español, otros latinoamericanos. Muy cariñosos y simpáticos. Contentos de tener una profe española, aunque sea por un día. He tenido buenas sensaciones y buena conexión.
Cambiamos de colegio para la clase con el grupo de 7º a 9º grado (13 a 15 años). Estos son más complicados. A la adolescencia se le suma el carácter sueco, lo que les hace ser poco participativos. Aún así, consigo motivarles y entran en la dinámica de la clase, no sin gran esfuerzo por mi parte. Silvia me dice que no están acostumbrados a hacer actividades de dramatización. De todas formas, consigo que elaboren e interpreten una escena de una película. Colaboran entre ellos y lo mejor de todo, usan el idioma. Prueba conseguida.
Me llama la atención la poca decoración y el aspecto desordenado en los colegios. Los zapatos tirados por medio del pasillo es algo a lo que no estoy acostumbrada. Aquí parece ser lo normal.
Ya es de noche cerrada (18:30 h.) y la ciudad, siempre tranquila, se empieza a quedar vacía. Toca descanso y refugiarse del frío. Mañana la actividad comenzará temprano.
Os sigo contando, que aún queda mucho ERASMUS por vivir.
Inma, I enjoy reading your blog 🤗
ResponderEliminarQué bonita las fotos! Sigue disfrutando de la experiencia 😘
ResponderEliminarSoy Marina que te lo pases muy bien. Un besito 😘
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