CEIP JOSÉ RODRÍGUEZ CRUZ

jueves, 3 de octubre de 2024

CURSO SOSTENIBILIDAD MEDIOAMBIENTAL ANAÍS: PRIMER DÍA EN SPLIT

Comienzo mi primera experiencia Erasmus con nervios y muchas ganas de aprender a la 01:00 saliendo de Villafranca en coche hacia el aeropuerto de Madrid. Llegada a las 05:00 aproximadamente y, hasta la salida del vuelo a las 13:25 me quedan horas de espera y de recuperar sueño que no fue posible durante el trayecto a la capital. Por fin llego a Split a la las 15:50 (20 minutos antes de la hora prevista) y me recoge Zdenko, conductor del transfer que me lleva a mi alojamiento. Durante el trayecto entablamos una rica conversación sobre Split y Croacia en general. Hablamos de la seguridad del país, su legado histórico y cultural, su gastronomía, su riqueza natural, eventos para la juventud como la existencia de una isla en la que las 24 horas del día hay grupos tocando música electrónica, lugares exclusivos para la familia y para relajarnos como otra isla en la que se puede pasar un agradable día con la familia, practicar yoga o, simplemente, descansar leyendo un libro donde nos aseguramos de detener el tiempo. También me explicó que, en términos educativos, en los centros escolares se da mucha importancia al aprendizaje de idiomas, de hecho, sus hijos saben varios idiomas y, uno de ellos es capaz de hablar en cuatro de ellos. El comienzo de la estancia en esta ciudad ha sido el mejor de los posibles gracias a Zdenko. Tras dejar mis cosas en el apartamento, me dirigí hacia el paseo marítimo o Riva de Split para observar el bello paisaje marítimo al borde del mar Adriático. En el puerto se divisaba, al fondo del paseo marítimo, la autoridad portuaria denominada Lučka Uprava.


Posteriormente, en mi paseo me encontré con el Palacio de Diocleciano. Fue construido entre los siglos III y IV d.C. por encargo del emperador romano Diocleciano con la intención de pasar sus últimos días después de su abdicación en mayo de 305. Dentro del Palacio se encuentra la catedral de San Domnión o de San Duje. Es una catedral católica perteneciente a la arquidiócesis de Split-Makarska. Originalmente era el mausoleo del emperador Diocleciano, aunque fue convertido en catedral en el siglo VIII. Aunque no entré porque quería ver más de la zona central ya que quedaba poco tiempo de sol, desde su parte externa lucía hermosa como bien se puede apreciar en las fotos.









Comencé a callejear por el casco histórico donde descubrí muchos restaurantes acogedores en lugares muy escondidos pero igualmente bellos junto con muchas tiendas, algunas de ellas muy curiosas y otras propias de otra época del año. Dichas calles medievales junto con edificios renacentistas te envolvían en un mundo propio de otro siglo.

Y, para las personas amantes de Juego de Tronos, si visitáis Split, no podéis dejar de visitar el Museo dedicado a la película. Promete dejaros con buen sabor de boca.




Casi terminando con el paseo, me llamó mucho la atención un edificio que resultó ser El Teatro Nacional de Croacia. Fue inaugurado en 1893 y, en ese momento, era el mayor teatro en el sudeste de Europa.

De vuelta a mi apartamento para disponerme a descansar de tan largo viaje, me topé de lleno con uno de los murales hechos con graffiti que muestra el arte urbano con el que cuenta esta ciudad de tantos contrastes. Pasando así de un mundo del medievo a la época actual en cuestión de segundos. Ya se vislumbraba este tipo de arte a lo largo de la caminata pero ha culminado con un mural que no podía dejar de plasmar en este primer relato de mis vivencias en esta fascinante ciudad croata.


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