CEIP JOSÉ RODRÍGUEZ CRUZ

jueves, 27 de abril de 2023

SMALL DIARY ABOUT MY STAY IN ESSEN: 27/04/2023

Amanece en Essen. Día fresquito pero soleado; evito la sombra de camino al Instituto, los rayos de sol se agradecen. Observo la disposición de las casas, su arquitectura, los jardines y los bonitos tulipanes de colores que florecen en alguno de ellos. Hoy también me espera un día completo con clases toda la mañana con profesores con los que no he tenido trato aún. A decir verdad, he coincido con ellos en varias ocasiones en la sala de profesores, pero aun a sabiendas de que voy a estar en su clase y voy a enseñar a sus alumnos, ninguno se ha dirigido a mí para entablar conversación. En fin... sin comentarios. 

8:00 h. Primera sesión con Mr. C, profesor joven de 37 años, casi dos metros de altura y muy agradable en el trato, que me saluda afectuosamente antes de comenzar la sesión y me facilita los materiales necesarios para su desarrollo. Grupo de grado 6b muy numeroso de 30 alumnos como todos aquí. Mr. C dispone a los chicos sentados en círculo para iniciar la sesión y establece una especie de contraseña con la mano en alto para captar su atención muy similar a la mía. Los alumnos le saludan y le dan los buenos días entonando una breve cancioncilla, cosa que es costumbre aquí. Tras las presentaciones, tomo los mandos de la clase estableciendo reglas, espacio a utilizar y contraseña. El calentamiento con juegos de activación, logra romper el hielo y despertar la expectación de los chavales. Mr. C se involucra en la sesión, participa activamente en los juegos y se preocupa por mantener el orden. Tras beber agua, les propongo una dinámica de iniciación deportiva con distintas variantes a través del juego de "la fortaleza" que les mantiene totalmente enganchados y motivados durante toda la sesión. Terminamos con recuento de puntos, entrega de medallas imaginarias y aplauso final. Me despido de los chicos y del profesor agradeciéndoles su actitud y la oportunidad brindada. 



Primer descanso de la jornada. El quiosco de Rafael tiene un éxito tremendo, todos los días hay una gran cola de chicos esperando a comprar su almuerzo. Subo a la sala de profesores, tomo algunas notas en mi cuaderno y entablo una breve conversación con Sandra, la coordinadora de proyectos europeos a la que no he visto durante todo este tiempo; al parecer ha estado realizando un periodo de observación en Noruega. 

9:50. Segunda sesión de la jornada con los alumnos de grado 5a de la profesora Mrs. O. Ya en el calentamiento noto que los alumnos, aun habiendo delimitado el espacio, tienen cierta dificultad en cuanto a la percepción espacial y se salen constantemente; tengo que parar varias veces hasta que por fin consigo que no abandonen el espacio delimitado. Constato que se cansan con facilidad sin haber realizado un gran esfuerzo y piden repetidamente ir a beber agua; tengo la impresión que se mueven poco en clase de EF y que quizá su actividad se centre más en actividades más analíticas y específicas. A pesar de ello, logro mantenerlos enganchados empleándome a fondo para que su atención no se disperse, desarrollando la clase con normalidad. Los alumnos disfrutan mucho de las actividades propuestas. Terminamos con un pequeño juego de vuelta a la calma y me despido de ellos hasta siempre. 

Segundo descanso de la jornada. La cantina tiene ahora menos gente, lo que aprovecho para comprar un par de bocadillos en el quiosco del paisano cordobés, el cual me atiende muy amablemente. Subo a la sala de profesores, tomo notas en el cuaderno y pico algo. Siento repetirme, pero no me deja de sorprender que durante mi estancia en la sala de profesores, ni siquiera profesores con los que he compartido clases a lo largo de la semana me muestren un mínimo de interés o intenten mantener una pequeña conversación conmigo. Entiendo que esa frialdad y distancia en el trato obedece a una cuestión cultural, pero para ser sincero, me descoloca enormemente. Para muestra, un botón; tan solo cinco minutos antes de terminar el recreo, el profesor con el que tengo clase en la siguiente hora y con el que he compartido el tiempo de descanso en la sala de profesores, se dirige a mí para presentarse, cosa que no puedo entender. 

11:45 Última sesión de la jornada con Mr. P y grupo de 32 alumnos de grado 5d. Acuerdo con el profesor que sea yo el que desarrolle el calentamiento y él el resto de la sesión. El calentamiento va sobre ruedas y los chicos disfrutan un montón, por lo que prolongo mi intervención con un par de juegos más. El resto de la clase, mi colega alemán les propone unos juegos de iniciación al baloncesto que me resultan interesantes y cuyas reglas apunto en mi liberta para llevármelos a España. Mañana tengo una nueva clase con este mismo grupo.

Termino mi jornada laboral en Essen y empiezo mi jornada cultural. Nada más terminar y sin apenas tiempo para comer, cojo el tren para ir al centro a visitar el museo Folkwang; museo vanguardista y ecléctico que reúne obra de diferentes épocas y estilos y que se encuentra a apenas media hora andando desde la estación central. En el camino, me acompañan grandes rascacielos y edificios empresariales de estilo Bauhaus asociado al esplendor empresarial y a la sobriedad alemana. En el museo, para mi sorpresa, entablo conversación con Antonio, uno de los responsables de sala, paisano gaditano de Algeciras que llegó a Alemania con 7 años pero que aún conserva el acento gaditano. El museo está prácticamente vacío y el hombre tiene gana de conversación. Siempre es grato coincidir con alguien de tu país en el extranjero. Tras un rato de charla me despido de él con un apretón de manos y mis mejores deseos.








18:00 h. Entrenamiento de voleibol. Ya de vuelta al barrio, me dirijo al al gimnasio del edificio principal del Instituto donde entrena el equipo de voleibol de Mr. W. Nada más entrar me sorprende la altura de los chavales de entre 16 y 19 años; la mayoría de ellos cercanos al 1,90 m. Una hora de entreno me basta para comprobar sus excelentes capacidades físicas y su calidad técnica. Equipo de gran nivel que en las próximas semanas disputará el campeonato nacional de Alemania. Mr. W quiere ser prudente; me dice que su objetivo es llegar a cuartos de final, pero tengo la impresión que pueden aspirar a más. 


Cierro aquí la crónica de este día intenso como todos aquí en Alemania. Creo que esta semana me estoy ganando bien el jornal. Estoy convencido que los colegas alemanes me echarán de menos la semana próxima. Esto llega a su fin; ya hay ganas. Mañana, vuelta a casa.

No olvides dejar tu comentario en el blog. Erasmus en estado puro!

Espero todo bien por el cole.

Un abrazo.

Diego

miércoles, 26 de abril de 2023

SMALL DIARY ABOUT MY STAY IN ESSEN: 26/04/2023

Me levanto con sueño, ayer me cogió el toro y me acosté tarde con labores de difusión. Soy consciente de que mi movilidad Erasmus es un periodo de disfrute, pero también de intenso trabajo y aprendizaje en el que el sueño y el descanso no es lo más importante para mí; al contrario, los nervios, la incertidumbre de lo desconocido, la necesidad de estar a la altura de las circunstancias, probablemente me hagan regresar a Villafranca con algún kilo de menos.

El día se presenta intenso con tres sesiones de Educación Física nuevamente en el edificio donde estudian los alumnos más pequeños del Instituto. De camino al centro, compruebo la escarcha sobre la hierba de los jardines y sobre los coches; ha caído una buena helada. Ayer me decía Diane que llevan varios meses con un episodio de lluvias continuado y que las temperaturas son bajas para esta época del año. Nada que ver con la extrema sequía y las altas temperaturas que estamos viviendo en España. ¡A mis pistachitos les vendría de lujo!


Los alumnos van llegando al Gymnasium. Veo algunos llegando en grupo en bicicleta, todos ellos con su casco y señalizando con su brazo la dirección a tomar; otros lo hacen a pie. En el patio de recreo no hay pistas deportivas, solo una explanada alquitranada con un par de mesas de ping pong, unos aparcamientos para bicicletas y una zona tipo arenero con cuerdas para pasar de un sitio a otro manteniendo el equilibrio.





8:00 h. Sesión con Mr. W, profesor/entrenador del equipo de voleibol del colegio que tan solo lleva un par de años como docente, pero que ya ha conseguido importantes éxitos deportivos para el equipo. Percibo en él un mayor grado de interés por el deporte y la actividad física que sus colegas. A pesar de su timidez y seriedad, noto que le gusta que le pregunte por la marcha del equipo, los días, horarios y lugar de sus entrenos. Me dice que han quedado campeones de su región y que están preparando el campeonato nacional de Alemania que se disputará en un par de semanas. Me invita mañana al entreno, cosa que acepto encantado. 

Desarrollo la sesión con un grupo reducido de alumnos de diferentes nacionalidades de 3º de ESO; en un principio tan solo aparecen siete, pero una vez comenzada la sesión se fueron incorporando algunos más hasta completar un grupo de quince. Les veo algo tímidos, pero con mejor actitud de trabajo que el grupo internacional que tuve el lunes. Poco a poco las actividades les hacen romper el hielo y se meten de lleno en la dinámica. Les veo contentos, participativos y muy enganchados. Mr. W y yo mismo participamos activamente en los juegos predeportivos planteados, disfrutando como niños junto a los alumnos. Termino la sesión agradeciendo a los alumnos su magnifica actitud durante toda la sesión y a Mr. W la oportunidad brindada. 


Primer recreo de la jornada, tomo notas en mi cuaderno en la sala de profesores y como algo. Tras el almuerzo, antes de la próxima sesión, hago por ver un aula del centro; quiero conocer su amplitud, la disposición del mobiliario, la dotación tecnológica, su decoración, etc... Me llama mucho la atención los enormes ventanales con los que cuenta; todos ellos sin persianas y con grandes cortinas de terciopelo. Las mesas y sillas son de madera y están dispuestas por grupos. En las paredes, escasa decoración; en el techo un cañón proyector y una pantalla sobre las que proyectar la imagen de un ordenador. Pero lo que sin duda más me llama la atención es la pizarra. Una pizarra plegable con alas laterales colocada sobre unos railes verticales que es reversible; es decir, que se puede escribir tanto por un lado como por el otro de las alas y que puede variar su altura. En los pasillos, perchas, radiadores y algunos dibujos enmarcados de los alumnos que no consiguen trasmitir demasiado color y alegría. Una imagen vales más que mil palabras... 







9:50 h. Nueva clase con Mr. L con los alumnos de 5c. Nos acompaña un chico de prácticas que me dice quiere ser profesor de EF y Biología. Clase muy numerosa nuevamente; salvo excepciones casi todas rondan los 30 alumnos. Me presento, les ofrezco una breve explicación sobre la importancia de la EF, lo que singulariza nuestra materia del resto y lo que la hace ser la mejor asignatura de la escuela y del mundo entero (mis alumnos saben bien porqué digo esto). Compruebo que los alumnos están expectantes por ver qué les propongo, establecemos normas y nos ponemos en faena. Tras el calentamiento y algunos actividades de pilla pilla, les propongo jugar a "La fortaleza"; juego cooperativo de estrategia que les encanta y que les mantiene totalmente enganchados. Finalizamos con un juego de vuelta a la calma que también les gusta mucho y nos despedimos con una foto muy bonita para el recuerdo. 


Nuevo periodo de recreo. Hago por ver a Rafael, el cordobés conserje del colegio que regenta el quiosco, y charlar un rato con él. Me dice que lleva en Alemania 42 años y que estuvo un tiempo viviendo con su familia en el mismo Instituto, pero que eso no le gustaba porque nunca descansaba. Me dice igualmente que le cuesta hablar en español, pero que cuando vuelve a España, pasados unos días, enseguida vuelve a pensar en nuestro idioma y se suelta. La mujer de Rafael me invita a un dulce típico, una especie de bollo fino con queso fundido por arriba que compran los chavales en el recreo.

11:45 h. Tercera y última sesión de EF del día con Mr. K y los alumnos de grado 6; repito clase con ellos por lo que les planteo una sesión distinta a la anterior basada en juegos cooperativos de estrategia. Tras el calentamiento y un juego de pilla pilla, hacemos un rey de la pista con tres equipos al mejor de 5 puntos que hace las delicias de los chavales; captan rápidamente las reglas y se meten de lleno en la actividad. Ellos hacen su estrategia y todos colaboran en ataque y en defensa por conseguir el objetivo. Decía Johan Huizinga, investigador del juego, que los niños se toman tan en serio el juego como los adultos su trabajo, y lo cierto es que no le faltaba razón. Al finalizar la clase, Mr. K me regala un silbato de mano que he estado utilizando en sus clases pues me quedé olvidado mi silbato en España; gesto que agradezco mucho y que me hará recordar mi estancia en Essen cada vez que lo utilice.

13:30 h. De camino a casa, finalizada la jornada laboral, miro el móvil y contesto algunos mensajes mientras me como el bollo que me regaló Rafael. Por la tarde, me dirijo al centro de Essen con la intención de visitar el Folkwang Museum y el Complejo industrial de la mina de carbón de Zollverein, pero me entretengo paseando por la ciudad y haciendo fotos y se me echa el tiempo encima; cierran a las 18:00 h. Mañana tengo entreno de voleibol por la tarde, pero intentaré salir más temprano para ver ambos museos.











La semana avanza, entramos en la recta final. El viernes viaje de regreso. Hasta entonces, intentaré seguir viviendo la experiencia al más puro estilo Erasmus. Erasmus en estado puro.

Espero todo bien por el cole.

Un abrazo.

Diego

martes, 25 de abril de 2023

SMALL DIARY ABOUT MY STAY IN ESSEN: 25/04/2023

Esta noche he dormido mejor, se nota que los días van pasando y el cansancio se acumula; ni la cama, ni la almohada, ni los nervios, son ya impedimento para caer rendido en los brazos de Morfeo. El trino de los pájaros de los árboles cercanos hace de despertador. Son las 6:30 h, comienza una nueva jornada en Essen, ciudad situada al oeste de Alemania, la cuarta más grande del estado de Renania del Norte-Westfalia con 585.000 habitantes.



Caminata mañanera de 20 minutos guiada por el Google Map para llegar al edificio donde se encuentran los alumnos más pequeños del Carl Humann Gymnasium donde hoy tendré la oportunidad de dar clase a alumnos de grado 6, el equivalente en España a sexto de Primaria. Los chicos van llegando al Instituto y esperan el inicio de las clases en el porche o charlando con sus amigos en el patio. Subo a la sala de profesores donde me espera Mr. K, profesor simpático y agradable que habla bien Inglés y algunas palabras de español. Los chicos de 6a esperan en la puerta del gimnasio su llegada, la cual reciben con alegría; constato mantiene una relación cercana con sus alumnos pues les recibe con afecto y bromea con ellos. Ya en la sala del gimnasio, espera la llegada de los alumnos que se van incorporando poco a poco tras cambiarse en el vestuario, pasa lista y me facilita los materiales necesarios para desarrollar las sesión. Clase muy numerosa de 30 alumnos con un chico con necesidades especiales, crisol de culturas y nacionalidades en el que el pelo rubio y casi anaranjado destaca sobre el resto. El gimnasio no es tan amplio como el del edificio principal, pero es los suficientemente grande y bien dotado como para permitir la práctica de cualquier deporte; qué envidia, se me ponen los dientes largos.


Hechas las presentaciones y explicadas las normas, desarrollo la sesión en Inglés esforzándome por mantener alta su motivación y atención en todo momento. Aunque el grupo es bastante hablador e inquieto, percibo que les gusta mucho la actividad física, captan rápido las reglas y que la dinámica propuesta les resulta atractiva. Finalizamos con un partido muy disputado de "Datchball" que les gusta mucho y les deja muy buen sabor de boca. Tengo la impresión que a Mr. K también le ha gustado; me dice que las reglas son similares a un juego que ellos hacen de nombre "Chikenball". Son las 9:30 h, la sesión llega a su fin entonando nuestro grito de guerra, felicitando a los alumnos por su actitud y agradeciendo a a su profesor la oportunidad brindada. 

Acompaño a Mr. K durante el primer recreo de la jornada a la sala de profesores donde los docentes se encuentran almorzando. La jornada escolar de este instituto es de 8:00 a 13:20 y tiene dos periodos de recreo de 9:30-9:50 y de 11:20-11:45. El colegio dispone de una pequeña tienda en el porche de entrada donde se venden dulces y refrescos a bajo precio que, por la cola que tiene, debe tener mucho éxito entre los escolares. La tienda la regenta Rafael, un cordobés que hace las veces también de conserje al que tengo el gusto de saludar; me dice que lleva toda su vida en Alemania, pero lo cierto es que aún sigue manteniendo el acento cordobés. 

9:50 h. Nueva sesión de EF con Mr. L, profesor afable y risueño que me hace entrega de una cerveza tipo pilsen alemana fabricada en Essen, cosa que le agradezco mucho. Ya en el gimnasio, clase con grupo 6e. Desarrollo la misma sesión que con el grupo anterior. La clase discurre con normalidad, percibo que las actividades les gustan y que son capaces de mantener la concentración, aunque tenga que llamar la atención a alguno que otro. Nuevamente el partido de Datchball les encanta y les deja con muy buen sabor de boca; estoy convencido que de ahora en adelante van a jugar más de una vez. Al despedirme, uno de los alumnos se me acerca y me dice si voy a volver a darles clase; señal inequívoca de que la cosa no ha ido mal del todo. 

Particularmente me siento contento y cada vez más cómodo y confiado; las sesiones de hoy con los alumnos de 6º grado se han desarrollado con total normalidad y creo que les han ofrecido una visión diferente de la Educación Física a la que están acostumbrados.

Finalizada la sesión, Mr. L se ofrece a llevarme en su viejo Mercedes al edificio principal, lo cual acepto. En el trayecto me comenta las diferencias entre la cerveza Pilsen de Essen y la más tostada y amarga de Dusseldorf. Ya en la sala de profesores, aprovecho para tomar notas durante un rato en mi cuaderno de viaje y me marcho al apartamento. He quedado con María, la profesora de español a las 13:40 h. en la estación de tren para visitar Dusseldorf con el grupo de profesores españoles de Toledo que se encuentran de intercambio con sus alumnos en Essen.

La tarde se presentaba interesante pateando la ciudad de Dusseldorf, pero un problema en las conexiones ferroviarias hizo que el trayecto Essen-Dusseldorf, de apenas media hora, se prolongara casi tres horas y que no pudiéramos compartir apenas tiempo con nuestros colegas españoles. Gracias a la pericia de María con la app que gestiona los medios de transporte nacionales, pudimos llegar a Dusseldorf no sin antes realizar un sinfín de trasbordos. Una vez en Dusseldorf, gracias a José Antonio, que muy amablemente cuadró su agenda y pospuso su vuelta para acompañarnos, pudimos dar un breve paseo por la ciudad y conocer su zona centro, el ayuntamiento, la torre del castillo y la bonita zona de recreo cercana al Rin.  









De vuelta a Essen nos bajamos en la parada principal donde José Antonio había quedado con Diane, profesora de español e Inglés muy amable, simpática y locuaz, que nos propuso dar un paseo por una zona verde boscosa cercana a un gran lago con vestigios medievales construido por Hitler y tomar algo en su restaurante. Muchas gracias Diane por tu amabilidad, grata compañía y contagiarnos tu dinamismo.

22:00 h. Llego al apartamento y me despido de mi colega español, mañana vuelve a España la expedición Toledana. Muchas gracias José Antonio por tu compañía y conversación, ha sido un placer compartir estos días contigo y aprender de ti. Te deseo mucha suerte en tus proyectos personales y profesionales, estoy convencido que mantendremos el contacto en España. 

Jornada densa, intensa y bien aprovechada la de hoy como todas las jornadas Erasmus. Esto avanza. Mañana más y mejor. Erasmus en estado puro.

Espero todo bien por el cole.

Un abrazo.

Diego