Esto avanza, la actividad del programa hace que los días pasen sin darnos cuenta. Nuevo madrugón, 05:30 h. Me levanto con mucho sueño, apenas he dormido tres horas; la redacción del diario me mantiene entretenido hasta tarde. Hoy visitamos en primer lugar Cracovia, también conocida como la pequeña París por la arquitectura y estilo de sus edificios y calles y, después, las minas de sal de Wieliczka. La Srta. Mari Ángeles pudo visitarlas en noviembre de 2015 en la reunión inicial de nuestro proyecto y dice que son preciosas.
6:45 h. Nuestros alumnos esperan en el punto de reunión hoy también con caras de sueño junto a sus padres de acogida; no acostumbran a levantarse tan temprano. Subimos al autobús y emprendemos la marcha rumbo a Cracovia. Nos esperan casi tres horas de camino. Silvia está algo nerviosa, echa mucho de menos a su madre y los nervios se le agarran a la barriga; me siento con ella, le hablo, le pregunto por mi amigo José Luis y me cuenta que va muy bien en los estudios y que quiere ser guardia civil. Me alegra saber que su hermano, quien fuera alumno mío ya hace unos años y que sigue jugando a balonmano, tenga tan claro su futuro; lo que no me gusta tanto es saber que sigue fumando. Le invito a leer mi capítulo de ayer de mi blog; parece que eso le tranquiliza un poco, aunque de vez en cuando deja escapar un sollozo. Poco a poco se va relajando, ya sonríe. Nos hacemos un selfie y se lo mandamos a su madre para que se quede tranquila.
Nuestros chicos se sientan hoy mezclados con sus colegas polacos, italianos y chipriotas. Tras la distancia de los primeros días ya se comunican entre ellos, se muestran vídeos en el móvil, se gastan bromas y cantan canciones. "Volare", "Macarena", "Bella vionda" y "Cómeme el donut", son algunos de los temas que entonan a coro. Como siempre, la camarilla de los más activos se sientan en la parte trasera del bus. Me encanta verles hablar en distintos idiomas, se lo están pasando genial; empiezan a experimentar el auténtico espíritu Erasmus. Hoy nos acompaña Renata, maestra encantadora y muy atenta con nosotros que está empezando a estudiar español de manera autodidacta. Me cuenta que últimamente el estudio del español ha cobrado mucho auge en Polonia y que cada vez más centros quieren implantar el español como segunda lengua.
Cuando parecía que Silvia ya estaba recuperada, vuelve a recaer en el sollozo; le cojo la mano, le gasto alguna broma e intento que la nostalgia se le vaya de la cabeza; parece que vuelve a entonarse. Antes de la parada para ir al baño, Víctor y Paula se interesan por ella y le dan un beso y un abrazo que le sienta muy bien.
10:30 h. Cracovia; preciosa, limpia y verde ciudad por la que discurre el río Vístula. En sus márgenes, según cuenta la leyenda, se encuentra la cueva del dragón de Wawel; ahora con la escultura de un gran dragón que echa fuego cada cinco minutos y sirve de reclamo turístico. Nos hacemos una foto de grupo con el gran monstruo detrás. Acto seguido nos dirigimos a pie a la gran plaza de Cracovia, la plaza del Mercado, la plaza más grande de Europa y sin duda alguna, una de las más bonitas también. Resulta curioso ver también carruajes blancos de caballos al estilo de los que hay en Sevilla pero con un estilo totalmente diferente. Es miércoles, la plaza está llena de turistas de todas las nacionalidades y de grupos de escolares; precisamente nos encontramos a dos chicos españoles, uno de ellos de Cáceres, con los que entablamos conversación. Intentamos visitar la Basílica de Santa María, pero es complicado pues hay que hacer cola y disponemos de un tiempo limitado; decidimos visitar el "cloth hall" situado en la misma plaza y repleto de tiendas de souvenirs donde nuestros chicos compran detalles para sus familias. Yo también compro algunas cositas para el recuerdo. En el punto de encuentro con el resto de países y a eso de las 12.30 h. nos damos cuenta que Javier Sánchez echa de menos su querida gorra; su tía Coro le acompaña de nuevo al "cloth hall" y buscan, pero no tienen fortuna. El tiempo es estupendo, hace hasta calor. Abandonamos la plaza y nos dirigimos a pie al aparcamiento para coger el autobús rumbo a las minas de sal de Wieliczka, donde una simpática chica polaca nos espera para guiarnos por los diferentes niveles de la mina, explicarnos su historia, sus leyendas y el modo y las técnicas que utilizaban los mineros para extraer la sal y sacarla a la superficie. Seguimos las explicaciones de la guía en Inglés a través de unos auriculares. Dentro de la mina se encuentra la mayor capilla del mundo bajo tierra, la capilla de Santa Kinga. Finalizamos la visita a las 16:30 h., no sin antes pasar por la tienda de souvenirs de la mina. Tanto tiempo bajo tierra me produce una sensación rara que hace que desee verla luz de sol de nuevo y respirar en la superficie. Muy chula la visita a la mina; quizá algo larga para lo niños.
Cogemos el autobús de vuelta a Krosno. Paramos a comer a las 17:30 h. en un restaurante de carretera ya concertado con la organización que nos espera con los platos en la mesa. Sopa de pasta y filete de pollo empanado de segundo con patatas conforman el menú. No logro que Javier Apolo pruebe la sopa y Silvia vuelve a asustarnos con la pérdida del móvil; menos mal que lo tenía en el autobús.
Ya en el bus, la camarilla de la parte trasera sigue pasándoselo en grande aunque ya empiezan a desvariar un poco; es lo que tiene tanto tiempo en el autobús, no paran sentados y empiezan a tirarse papeles. Justo antes de una nueva parada para ir al servicio en una gasolinera comienza a salirle sangre de la nariz a Pablo, cosa que en mi clase le ha pasado también alguna vez; la Srta. Coro le tapona la nariz rápidamente y cortamos la hemorragia. El viaje se nos está haciendo un poco largo. Llegamos a Krosno a las 10:00 h. Las familias esperan para recoger a nuestros alumnos en el punto de encuentro como de costumbre; nos despedimos de ellos hasta mañana y nos vamos al hotel. Día intenso el de hoy con muchos kilómetros a las espaldas; aún así, ha merecido la pena.
En el hotel, aunque cansado de tantas horas en bus, me pongo escribir el capítulo diario del blog y a ultimar la preparación de la presentación de mañana en la conferencia final del proyecto; estoy algo nervioso pues tengo que hacerlo en inglés, veremos...
Espero todo bien por el cole.
Erasmus en estado puro.
Diego
6:45 h. Nuestros alumnos esperan en el punto de reunión hoy también con caras de sueño junto a sus padres de acogida; no acostumbran a levantarse tan temprano. Subimos al autobús y emprendemos la marcha rumbo a Cracovia. Nos esperan casi tres horas de camino. Silvia está algo nerviosa, echa mucho de menos a su madre y los nervios se le agarran a la barriga; me siento con ella, le hablo, le pregunto por mi amigo José Luis y me cuenta que va muy bien en los estudios y que quiere ser guardia civil. Me alegra saber que su hermano, quien fuera alumno mío ya hace unos años y que sigue jugando a balonmano, tenga tan claro su futuro; lo que no me gusta tanto es saber que sigue fumando. Le invito a leer mi capítulo de ayer de mi blog; parece que eso le tranquiliza un poco, aunque de vez en cuando deja escapar un sollozo. Poco a poco se va relajando, ya sonríe. Nos hacemos un selfie y se lo mandamos a su madre para que se quede tranquila.
Nuestros chicos se sientan hoy mezclados con sus colegas polacos, italianos y chipriotas. Tras la distancia de los primeros días ya se comunican entre ellos, se muestran vídeos en el móvil, se gastan bromas y cantan canciones. "Volare", "Macarena", "Bella vionda" y "Cómeme el donut", son algunos de los temas que entonan a coro. Como siempre, la camarilla de los más activos se sientan en la parte trasera del bus. Me encanta verles hablar en distintos idiomas, se lo están pasando genial; empiezan a experimentar el auténtico espíritu Erasmus. Hoy nos acompaña Renata, maestra encantadora y muy atenta con nosotros que está empezando a estudiar español de manera autodidacta. Me cuenta que últimamente el estudio del español ha cobrado mucho auge en Polonia y que cada vez más centros quieren implantar el español como segunda lengua.
Cuando parecía que Silvia ya estaba recuperada, vuelve a recaer en el sollozo; le cojo la mano, le gasto alguna broma e intento que la nostalgia se le vaya de la cabeza; parece que vuelve a entonarse. Antes de la parada para ir al baño, Víctor y Paula se interesan por ella y le dan un beso y un abrazo que le sienta muy bien.
10:30 h. Cracovia; preciosa, limpia y verde ciudad por la que discurre el río Vístula. En sus márgenes, según cuenta la leyenda, se encuentra la cueva del dragón de Wawel; ahora con la escultura de un gran dragón que echa fuego cada cinco minutos y sirve de reclamo turístico. Nos hacemos una foto de grupo con el gran monstruo detrás. Acto seguido nos dirigimos a pie a la gran plaza de Cracovia, la plaza del Mercado, la plaza más grande de Europa y sin duda alguna, una de las más bonitas también. Resulta curioso ver también carruajes blancos de caballos al estilo de los que hay en Sevilla pero con un estilo totalmente diferente. Es miércoles, la plaza está llena de turistas de todas las nacionalidades y de grupos de escolares; precisamente nos encontramos a dos chicos españoles, uno de ellos de Cáceres, con los que entablamos conversación. Intentamos visitar la Basílica de Santa María, pero es complicado pues hay que hacer cola y disponemos de un tiempo limitado; decidimos visitar el "cloth hall" situado en la misma plaza y repleto de tiendas de souvenirs donde nuestros chicos compran detalles para sus familias. Yo también compro algunas cositas para el recuerdo. En el punto de encuentro con el resto de países y a eso de las 12.30 h. nos damos cuenta que Javier Sánchez echa de menos su querida gorra; su tía Coro le acompaña de nuevo al "cloth hall" y buscan, pero no tienen fortuna. El tiempo es estupendo, hace hasta calor. Abandonamos la plaza y nos dirigimos a pie al aparcamiento para coger el autobús rumbo a las minas de sal de Wieliczka, donde una simpática chica polaca nos espera para guiarnos por los diferentes niveles de la mina, explicarnos su historia, sus leyendas y el modo y las técnicas que utilizaban los mineros para extraer la sal y sacarla a la superficie. Seguimos las explicaciones de la guía en Inglés a través de unos auriculares. Dentro de la mina se encuentra la mayor capilla del mundo bajo tierra, la capilla de Santa Kinga. Finalizamos la visita a las 16:30 h., no sin antes pasar por la tienda de souvenirs de la mina. Tanto tiempo bajo tierra me produce una sensación rara que hace que desee verla luz de sol de nuevo y respirar en la superficie. Muy chula la visita a la mina; quizá algo larga para lo niños.
Cogemos el autobús de vuelta a Krosno. Paramos a comer a las 17:30 h. en un restaurante de carretera ya concertado con la organización que nos espera con los platos en la mesa. Sopa de pasta y filete de pollo empanado de segundo con patatas conforman el menú. No logro que Javier Apolo pruebe la sopa y Silvia vuelve a asustarnos con la pérdida del móvil; menos mal que lo tenía en el autobús.
Ya en el bus, la camarilla de la parte trasera sigue pasándoselo en grande aunque ya empiezan a desvariar un poco; es lo que tiene tanto tiempo en el autobús, no paran sentados y empiezan a tirarse papeles. Justo antes de una nueva parada para ir al servicio en una gasolinera comienza a salirle sangre de la nariz a Pablo, cosa que en mi clase le ha pasado también alguna vez; la Srta. Coro le tapona la nariz rápidamente y cortamos la hemorragia. El viaje se nos está haciendo un poco largo. Llegamos a Krosno a las 10:00 h. Las familias esperan para recoger a nuestros alumnos en el punto de encuentro como de costumbre; nos despedimos de ellos hasta mañana y nos vamos al hotel. Día intenso el de hoy con muchos kilómetros a las espaldas; aún así, ha merecido la pena.
En el hotel, aunque cansado de tantas horas en bus, me pongo escribir el capítulo diario del blog y a ultimar la preparación de la presentación de mañana en la conferencia final del proyecto; estoy algo nervioso pues tengo que hacerlo en inglés, veremos...
Espero todo bien por el cole.
Erasmus en estado puro.
Diego
Siempre genial. Y la presentaciòn, ya lo leerèis, el pabellòn español muy alto. Besos
ResponderEliminarGracias D. Diego por el sobreesfuerzo para mantenernos informados.
ResponderEliminarBueno ... A, Silvia le va, apareciendo quizás un poco el cansancio ... Pero esta experiencia la recordará siempre ... La Srta. CORO Tan activa como siempre no deja escapar una ... Diego mucha suerte para hoy si nervios tu puedes eso y todo lo Q te propones .. Gracias de nuevo por el relato de hoy !!
ResponderEliminarCierto Concha, a todos se nos va acumulando el cansancio. Lo haremos lo mejor posible. Un abrazo y muchas gracias por seguirnos tan de cerca.
EliminarEstupendo relato. Parece que fuera con vosotros. Seguro que tú intervención de hoy, aunque sea en inglés, será estupenda. Saludos desde DB.
ResponderEliminarUn placer compartirlo contigo amigo Elías. Intentaré hacerlo lo mejor posible. Un abrazo. Esto se acaba!!
EliminarPrecioso el relato y las fotos.
ResponderEliminarFuera nervios Diego, tú puedes con eso y con mucho más.