OBSERVACIÓN EN CROACIA: 15/05/2023

El despertador suena a las 6.30. Tengo que estar en el colegio a las 8.00 para la bienvenida y la presentación. Estoy inquieta y nerviosa, pero confío en Antonija y estoy segura que todo va ir bien.

A las 8.00 en punto me recibe en el hall del edificio principal. Saludamos a la directora, una monja franciscana llena de vitalidad y simpatía; se nota que es el “motor“ del centro, y comenzamos a trabajar. En primer lugar, conozco a los alumnos de 2º grado (sería 3º de primaria para nosotros). Me han preparado una canción de bienvenida en español. Me siento muy agradecida y satisfecha por una acogida tan cálida.

Después de esto, toda una mañana llena de información: tres charlas a cargo de profesoras del centro (“Nuestro colegio”, “Identidad europea” y “Sistema educativo croata”) y una clase de lengua croata en 7º grado (2º de ESO en España).

Os cuento algunos datos sobre el colegio:

Es un centro concertado, fundado por la Iglesia católica en 2007. En la actualidad tiene 311 alumnos y alumnas y 39 profesores. En Croacia, la educación primaria se inicia a los 7 años y finaliza a los 15, organizada en 8 cursos.

Y algunas curiosidades:

A la entrada del colegio, bajo el nombre del mismo, aparece el lema del centro: “REMA EN MAR ABIERTO”. ¡Me encanta! Porque es tan simbólico…

Desde 1º a 4º grado dos profesoras están siempre en el aula, ¡siento envidia!; el sueldo de una de ellas corre a cargo del estado y el de la otra, de la Iglesia.

En 4º grado empiezan a estudiar una 2ª lengua extranjera; eligen entre italiano y alemán. Por cierto, todos los maestros hablan inglés.

El alumnado tiene una taquilla en el pasillo. Allí guardan su material y dejan el calzado que traen de casa, cambiándolos por unas zapatillas más cómodas.

Una última, aunque no es del ámbito educativo: la corbata se inventó en Croacia (en croata “kravata”). Así que, celebran, cada año, el día de la corbata y todo el mundo lleva una puesta, adultos y niños.

Después de una intensa mañana, el hotel me escribe para comunicarme que mis maletas han aparecido. ¡No puedo estar más contenta! Ya he roto el hielo y, además, puedo cambiarme de ropa. ¡La vida me sonríe!

Tarde lluviosa de nuevo en Sibenik, pero ya la veo con otros ojos. Al final, parece que todo está saliendo bien. Va a ser verdad que ERASMUS es genial.

Gracias a los que me acompañáis desde la distancia y mañana MÁS Y MEJOR.