OBSERVACIÓN EN CROACIA: 17/05/2023

¡Hola de nuevo!

Así, casi sin darnos cuenta, llego al ecuador de la semana. Comienzo la mañana asistiendo a clase de Informática en 7º grado (2º de ESO). Aunque los que me conocéis sabéis que no es mi tema favorito, disfruto viendo como los alumnos dominan la materia y realizan el trabajo que la profesora Martina les propone. Más tarde, en una charla, ella y su compañera Josipa, me explicarán algunos aspectos de los que me gustaría destacar los siguientes:

- El colegio cuenta con un aula de informática con 20 ordenadores de sobremesa.

- Los alumnos reciben esta clase 2 horas a la semana desde 1º de Primaria y tienen libro en formato papel (también digital). En ellas, de manera progresiva, van aprendiendo a utilizar el ordenador y distintas herramientas que usan en el resto de las áreas.

- Al final de cada clase deben dejar el ordenador con todas las pestañas cerradas, correctamente apagado y con el ratón y el teclado bien colocados para que el compañero que vaya a utilizarlo en la próxima sesión lo encuentre en perfecto estado.

-Les aconsejan que no utilicen “Wikipedia” como fuerte de información, ya que su contenido puede ser falso.

Tras un breve descanso, Zeljka y Antonija me ofrecen otra charla sobre “El respeto y cuidado del medio ambiente”. Algunas curiosidades sobre esto:

- Forman un grupo “ecológico” cada curso que se encarga de coordinar las actividades que realizarán durante el año: plantan, cuidan, cosechan y comen judías; celebran el día de la Tierra, el día de la miel, el día de la manzana, el día sin coches y muchas más cosas… Es un grupo muy activo y me transmite su entusiasmo.

Y así llegamos a mi presentación sobre “España” a alumnos de 7º grado. Como hablo poco, no me da tiempo a terminar lo que tenía preparado, pero no me importa, creo que he conseguido que este grupo de niños croatas conozca un poco mi país y estoy segura de que cuando vean un partido de Carlos Alcaraz se acordarán de mí.

Es la hora de comer. El colegio me invita a acompañar al claustro a un restaurante. Allí descubro algo que croatas y españoles tenemos en común: nos encanta comer. Cuando termina esta fantástica comida y tras un rato de charla distendida, visito la fortaleza de St. Michael, desde la que disfruto de un increíble paisaje (parece que la lluvia se ha ido definitivamente).

¡Estoy tan cansada! ¡Tengo la cabeza tan llena de información! ¡Me siento tan agradecida a este colegio que con tanto cariño me ha acogido! ¡VIVA ERASMUS!

Gracias a todos por seguir mi historia, especialmente a mis alumnos de 3º (¡chicos! ¡os echo de menos!).

Mañana MÁS Y MEJOR.